Las solanáceas son un tipo de plantas de la familia herbácea que posee hojas alternas, sin estipulas pertinentes, simples y que pertenecen al orden Solanales de la categoría dicotiledóneas. La familia de las Solanáceas comprende unas 2700 especies y aproximadamente unos 98 géneros, con una extraordinaria diversidad de morfología, ecología y hábito.
La mayor parte de ellas se distribuye por toda América Central y América del Sur, a excepción de la Antártida. La gran mayoría de estas plantas no son aptas para el consumo humano. Sin embargo, esta familia de plantas, en especial, también es conocida por incluir especies alimenticias bastante importantes y conocidas, entre las que tenemos la patata o papa (Solanum tuberosum) y otras variedades.
También encontramos el tomate (Solanum Iycopersicum) que también forma parte de la gran familia Solanáceas, la berenjena (Solanum melongera), así como también los pimientos, ajíes y chiles (Capsicum).
La gran mayoría de estas plantas son ornamentales y muy conocidas, como es el caso de las Schizanthus, la Petunia, la Datura o la Salpiglossis.
Algunas de estas especies son también mundialmente conocidas por tener efectos medicinales, debido al uso psicotrópico, pero también, por ser dañinas y nocivas para la salud. En este ámbito, sabemos que algunas Solanáceas también son utilizadas en pequeña proporción en la agricultura molecular, celular y genética. Es el caso de la petunia y el tabaco.
Solanáceas: alcaloides y lectinas
Actualmente hay una serie de estudios científicos que atribuyen un cierto peligro a la familia herbácea de las Solanáceas, debido a su alto nivel en alcaloides, que son unas sustancias químicas cuyos efectos son parecidos a los de las drogas:
- Nicotina: en este caso, las Solanáceas no son tan adictivas como lo es el tabaco.
- Solaninas: se encuentra especialmente en las patatas.
- Capsaicina: se encuentra especialmente en los chiles.
- Lectinas: se trata de las glicoproteínas que actúan como protección de la planta, es decir, recubre la piel de la planta.
Estos efectos que son aparentemente nocivos y dañinos se encuentran vigentes en la planta, siempre y cuando ésta siga con vida. Los alcaloides y lectinas actúan como pesticidas, protegiendo y guardando a las plantas de las plagas y enfermedades. Por este motivo si se llega a consumir las Solanáceas directamente se puede sufrir espasmos musculares, inflamación, dolor y sensibilidad.
En otras palabras, las Solanáceas se encuentran diseñadas para ser toxicas en términos generales:
- Las Solanáceas comestibles contienen un bajo nivel de alcaloides y lactinas, básicamente concentradas en los tallos y hojas que en por norma general no son usados en la cocina.
- Por otro lado, las Solanáceas venenosas contienen un alto nivel de estos químicos ya mencionados, los cuales son altamente mortales para el ser humano.
Distribución geográfica de las Solanáceas
Es cierto que las plantas Solanáceas se encuentran distribuidas en la mayoría de los continentes. Sin embargo, la mayor proporción de plantas se encuentra en América Central y América del Sur. Otros de los países donde se distribuyen las distintas variedades de esta familia de plantas es en Australia y África, ocupando todos los derivados de las Solanáceas distintos tipos de ecosistemas naturales.
Por otro lado, nos encontramos con que estos ecosistemas pueden ser desde bosques tropicales hasta los desiertos. Además, al mismo tiempo pueden establecerse o formar vegetaciones secundarias que hayan sido colonizadas.
Toxicidad vs. Beneficios
Todos los riesgos en estos casos son relevantes si la condición es ser intolerante a las Solanáceas, o si la persona ha padecido de alguna enfermedad intestinal. Estos químicos en algunos usuarios suelen ser beneficiosos y en otros no:
- La capsaicina, puede llegar a actuar como antiinflamatorio natural (consumir guindillas).
- Los alcaloides concentrados en las Solanáceas venenosas, se pueden utilizar como droga antiespasmódica atropina (siempre administrado correctamente).
- Las Solanáceas contienen altos niveles de antioxidantes, los cuales combaten directamente el estrés oxidativo y los radicales libres.
En conclusión, el uso adecuado de las Solanáceas en personas con buena salud no causará daños irreversibles por los alcaloides, incluso pudiendo llegar a ser de gran beneficio para ellos.