El ratón de campo es una especie de micromamífero, perteneciente a los roedores, que puede llegar a ser considerado una plaga en las zonas de las que es autóctono. El Apodemus sylvaticus, por su nombre científico, está muy extendido por Europa y la cuenca mediterránea y puede adaptarse a una gran diversidad de ecosistemas.
Su nombre proviene de las palabras griegas “apo” y “demos”, que significan “fuera” y “pueblo” respectivamente. Estos términos hacen referencia a su carácter y la forma en la que vive, ya que es prácticamente imposible encontrarlo en zonas frecuentadas por humanos.
Características del ratón de campo
Este pequeño roedor suele medir entre 8 y 10 centímetros de longitud. Aunque duplica su propio tamaño si tenemos en cuenta su cola, que alcanza también los 10 cm. Esta extensión de su cuerpo será siempre del mismo tamaño o superior a su propio cuerpo y está desprovista de pelo. Su peso se sitúa entre los 15 y los 35 gramos.
El resto de su cuerpo, de tonalidad rojiza o marrón, se distingue con claridad de su tripa, que es totalmente blanca. A diferencia de lo que suele ocurrir con muchos insectos, como es el caso de la Acherontia atropos o mariposa de la muerte, el ratón de campo macho es mayor que la hembra. Aunque lo cierto es que no se puede hablar de dimorfismo sexual, ya que las diferencias entre sexos son bastante limitadas.
Posee unos grandes ojos de color oscuro, casi negro, que están en sintonía con el gran tamaño de sus orejas. Estos rasgos tan exagerados ayudan a diferenciarlo de otros ratones del género Mus.
En España podemos encontrar cuatro subespecies de Apodemus sylvaticus:
– Callipides: presente en la zona de la mitad norte de la península.
– Dichrurus: de menor tamaño y más oscuro, presente en la mitad sur y las islas de Mallorca y Menorca.
– Eivissensi: de mayor tamaño y cuya presencia se limita a la isla de Ibiza.
– Frumentariae: algo más grande y pálido, propio de la isla de Formentera.
Comportamiento del Apodemus sylvaticus
El ratón de campo es un animal nocturno, que muestra su mayor nivel de actividad durante el atardecer, la noche y el amanecer. No suele vivir las zonas que están urbanizadas, puesto que rehúye el contacto con humanos. Lo más habitual es encontrarlo en pequeñas oquedades o madrigueras que él mismo construye.
En libertad rara vez supera los 2 años de vida. Durante los meses más fríos no hiberna; sin embargo, se mantiene a resguardo en su madriguera viviendo de las reservas que haya ido almacenando durante los meses previos.
En cuanto al momento exacto de su reproducción, no es posible definir un calendario exacto ya que esto depende de varios factores, entre ellos, la climatología. Si bien es cierto que suele tener al menos dos camadas por año. De cada camada suelen nacer 4 o 5 crías de ratón de campo. Tras los 25 días que dura aproximadamente la gestación, las crías se alimentan de las heces de la madre para obtener una fuente extra de vitamina B12 y flora bacteriana que les permita digerir la celulosa. Esta tendencia a la coprofagia, como se conoce esta costumbre alimenticia, es especialmente importante para digerir correctamente los alimentos vegetales.
Alimentación del ratón de campo
Su alimentación es ciertamente muy variada. El ratón de campo puede alimentarse de bayas, brotes y tallos jóvenes, frutas y semillas. Pero también incluye en su dieta los pequeños insectos, las larvas o caracoles. Una de sus comidas favoritas son las bellotas. Con su hábito contribuyen a la propagación y germinación de nuevas encinas, alcornoques, robles o quejigos.
Estamos ante un roedor omnívoro que además posee una gran capacidad para almacenar alimento. Lo que hace para afrontar aquellas épocas en las que las condiciones ambientales no sean las idóneas.
Aunque normalmente este roedor se alimenta en el suelo, no es difícil verlo trepando a los árboles para obtener los frutos. Esto le ha llevado en muchas ocasiones a asentarse cerca de zonas de cultivo de olivos, almendros o encinas. Durante los primeros días de vida, los ratones de campo maman. No es hasta el día 13 que desarrollan los incisivos, permitiéndoles ampliar su dieta.
La disponibilidad de alimento es también otro factor determinante para su reproducción. En aquellos casos en los que tengan alimento de forma casi constante, como en zonas de cultivo, el ratón de campo puede estar activo sexualmente prácticamente todo el año.
El ratón de campo y las abejas
Muchas de las veces, el ratón de campo acaba introduciéndose en las colmenas de abejas movido por varias razones.
En primer lugar, en busca de un nido o madriguera donde resguardarse. Normalmente esto lo hará durante la época del año con menor temperatura, aprovechando que las abejas están más expuestas y su capacidad de defensa está mermada. De esta forma, puede llegar a evitar los picotazos mortales e, incluso, alimentarse de las abejas más rezagadas.
En segundo lugar, buscando alimento. Se tiene constancia de que el ratón de campo gusta de alimentarse de miel, cera y polen. Con esta técnica se asegura una madriguera que cuenta ya con unas reservas de alimento. Como puedes imaginar, las abejas intentarán expulsarlo de su colmena como primera opción. Sin embargo, muchas veces el enjambre acaba abandonando su colmena, ya que son incapaces de convivir con los fluidos de este roedor.
El ratón de campo tiene un rasgo territorial muy pronunciado y más aún en época reproductiva. Para ello, marca la madriguera con su orina, cuyos vapores resultan insoportables para las abejas. Esta conducta choca frontalmente con la higiene tan intensa que mantienen las abejas en sus colmenas, que nunca defecarían en el interior.