La enfermedad del pollo escayolado, conocida de forma más técnica como micosis, es una patología que afecta a las crías de abejas. Antiguamente esta enfermedad era considerada una de las principales amenazas, pero todo eso acabó con la aparición de la varroa. Uno de los motivos de mayor peso tiene que ver con las consecuencias de su aparición. El impacto del pollo escayolado es realmente nimio en comparación con los daños y bajas provocadas por la varroa.
¿Qué es el pollo escayolado o micosis?
Esta enfermedad, cuyo nombre científico es micosis, es producida por un hongo denominado Ascosphaera apis. El nombre le viene dado por la apariencia que adquieren las crías infectadas, como si de momias se tratasen. Este hongo se transmite por medio de esporas que son transportadas por las propias abejas adultas o, incluso, por nuestro propio manejo entre colmenas. El pollo escayolado se caracteriza por matar desde el interior a las larvas que crecen bloqueando el intestino de las crías de abeja. Esto provoca que ingieran alimento pero sean incapaces de defecar, por lo que terminan muriendo.
El hongo, como acabamos de señalar, se presenta de dos formas. La primera de ella en estado vegetativo, es decir, el micelio que es invade los tejidos de las larvas matándolas. El segundo se corresponde con las esporas, encargadas de la proliferación y transmisión del hongo.
Sin embargo, no basta con la mera presencia del hongo en la colmena para que la enfermedad del pollo escayolado se manifieste. Para ello, deben darse otra serie de circunstancias o condicionantes conocidos como predisponentes. Transcurridas de 24 a 36 horas después de la operculación, el pollo escayolado ya no puede manifestarse.
Síntomas de pollo escayolado
Uno de los primeros síntomas de pollo escayolado es la presencia de cría salpicada o puesta irregular. En los cuadros de cría aparecerán opérculos vacíos, rodeados de cría ya operculada.
Pero, sin duda, uno de los aspectos más claros y determinantes para detectar el pollo escayolado es la presencia de momias. Durante los primeros 10 días de la infectación, podremos encontrar momias blancas, lo que quiere decir que no habrá todavía presencia de esporas. Pasados 20 días, las momias pasarán a ser de color negro, lo que nos indicará que el hongo ha podido esporular.
La temperatura del cuadro de cría es determinante para las esporas. Si esta se encuentra entre 33º y 35º, la larva de abeja evacuará rápidamente, impidiendo que la espora pueda desarrollarse. En caso contrario, acabará adhiriéndose a la pared intestinal de la larva y nutriéndose de ella. Lo que acabará con su vida.
Causas de pollo escayolado
Tal y como hemos comentados, para que el pollo escayolad se manifieste es necesario que se produzca un estrés en las colmenas. Estas condiciones predisponentes son, entre otras:
- Enfriamiento de la cría: el problema vienen cuando las crías recien operculadas se exponen a temperaturas inferiores a los 30º C. Esto sucede cuando hay cambios bruscos de tiempo, por primaveras inestables, pero, sobretodo, por falta de abeja que pueda cubrir la cría.
- Desequilibrio entre adultos y cría: si el número de individuos de la colmena no es el adecuado y la tasa de abejas nodrizas es demasiado baja, puede ocurrir que existan zonas de la cría que no sean cubiertas o cuidadas. Incluso si existe una puesta muy elevada frente a una población adulta no muy alta, tendremos el mismo problema.
- Déficit de polen: se sabe que la microbiota que aporta el polen a las abejas tiene la capacidad de luchar contra el hongo responsable del pollo escayolado. Por lo que si su ingesta es deficitaria, nuestras abejas estarán más expuestas.
Además de los descritos, existen otros factores que afectan de manera indirecta. Es el caso de la presencia de varroa o cualquier otra enfermedad, al igual que las intoxicaciones, que estrese el sistema inmunológico de nuestras abejas. De igual modo, nuestro propio manejo de las colmenas puede producir que dejemos colmenas con una población insuficiente.
Tratamientos contra el pollo escayolado
Lo primero que debes saber es que si la infección es muy importante y las colmenas están muy afectadas no existe fungicida alguno que pueda salvarlas. Para ello, el mayor aliado que tendremos serán las aptitudes higiénicas de nuestras colmenas. Cuanto antes detecten la presencia de pollo escayolado, menores serán los daños y más fácil será ponerle remedio.
Por este motivo, si el foco de pollo escayolado está localizado, lo mejor será eliminar la colmena. Recordemos que este hongo se multiplica por esporas, por lo que es importante impedir su reproducción y alcance a otras colmenas sanas.
Mantener el nivel adecuado de abejas por colmena para permitirles cubrir eficazmente toda la cría. Además, deberemos realizar cambios anuales de al menos un tercio de la cera de cada colmena. Recordemos que una cera limpia nos garantiza una menor presencia de enfermedades.
Por último, dado que la presencia de pollo escayolado se debe en gran medida a un factor genético (deficiencia de comportamiento higiénico), a veces la solución pasa por eliminar la reina. De esto modo, dejaremos de contar con una colmena de abejas propensa al pollo escayolado.