Los principales objetivos de la poda son mantener la forma y estructura, desarrollar las cepas, equilibrar la cosecha y unificar la producción. Mediante una buena realización de la poda obtendremos una mayor producción y mejoraremos la salud de nuestros viñedos.
Tipos de poda de la vid
Poda de formación
Esta poda se realiza durante los dos o tres primeros años de crecimiento de la vid. Esta poda es indispensable para desarrollar una correcta estructura y morfología correcta de las cepas. La poda de formación permitirá una exposición al sol adecuada y crecimiento vegetativo idóneo para su correcto desarrollo.
Primer año: dejaremos crecer la cepa sin alterarla para que desarrolle, como principal objetivo, sus raíces.
Segundo y tercer años: debemos equilibrar los sarmientos y dirigir la parra correctamente para obtener una cepa con dos o tres brazos, lo más simétricos posibles. Los Sarmientos son las nuevas ramas que la vid produce cada año.
La poda de formación de la vid cambiará dependiendo del tipo de conducción que queramos en nuestro viñedo.
Poda en verde
La poda en verde será realizada después de la brotación de los nuevos sarmientos y su objetivo es eliminar los brotes no fértiles que no permiten un buen crecimiento de la vid. Con esto, favoreceremos una ventilación y permitiremos la entrada de sol en toda la planta, además de ayudarnos en la futura formación.
¿Cómo se poda una parra?
Poda de formación en vaso
La cepa dispondrá de un porte bajo con 3 o 4 brazos primarios en forma radial. Este sistema es el más utilizado y, debido a que no requiere la utilización de soportes para su cultivo, es el más económico. Por el contrario, su inconveniente principal es que no permite la mecanización y requiere de una mayor superficie para el viñedo.
- Poda vid primer año: se dejará un único sarmiento, el cual se podará a la altura de dos yemas.
- Poda vid segundo año: de las yemas que se dejaron en el primer año saldrán nuevas ramas, las cuales se podarán de nuevo dejando dos yemas por sarmiento.
- Poda vid tercer año: de las yemas del segundo año se seleccionarán 3 o 4 sarmientos los cuales se podarán de nuevo dejando dos yemas por sarmiento.
- Poda de vid cuarto año: la vid ya dispondrá de sarmientos en los cuales se repetirá el proceso de dejar dos únicas yemas por cada uno.
Poda de formación en espaldera:
En este caso, al contrario de lo que sucede en la formación en vaso, este sistema es el más moderno de los utilizados. Para desarrollar este sistema en viñedo, se requiere de la instalación de diferentes soportes en hileras que permiten a las parras crecer de forma vertical. Este sistema facilita la mecanización de los viñedos y la cosecha de una forma más sencilla. A su vez permite a las plantas una mayor obtención de irradiación y aireamiento. La rentabilidad de las cosechas es superior a la de formación en vaso, puesto que aumentará la cantidad de vides por hectárea.
- Poda vid primer año: se dejará un único sarmiento, el cual se podará a la altura de dos yemas.
- Poda vid segundo año: se elegirá el sarmiento de entre los dos disponibles, el cual se guiará hasta alcanzar la altura del soporte manteniendo 2 o 3 yemas.
- Poda vid tercer año: de nuevo, elegiremos 2 yemas de las cuales se obtendrán los dos brazos principales. Estos, a su vez, se emparrarán al soporte. No se realizará poda en los dos brazos primarios durante este año.
- Poda de vid cuarto año: se deberán dejar de 2 a 3 sarmientos por brazo y se podarán a 2 yemas cada uno.
¿Cuándo se poda la vid?
La poda será realizada una vez terminada la campaña de la vendimia, cuando esté comenzando el invierno. Es en este momento cuando las cepas comienzan a tirar las hojas y comienza el letargo en la planta. El objetivo de la poda en invierno es renovar y eliminar la madera vieja para preparar la nueva temporada y obtener mayores producciones.
No debemos apresurarnos a realizar la poda, debemos esperar que nuestras vides pierdan las hojas e inviertan sus reservas de azúcares para comenzar la próxima primavera con más vigor. En el tratamiento de la vid después de la poda es importante destacar la aplicación de cicatrizante en las primeras 24 horas para evitar la aparición de hongos y bacterias como el mildiu, oídio y botrytis.
Por último, cabe añadir la importancia de mantener la herramienta, con la que se realizará la poda, lo más higiénica posible. Entre los mayores existía una creencia que afirmaba en qué luna se debía podar la parra: «La joven sería durante la fase lunar creciente, mientras que la vieja debería realizarse en luna menguante»