La Nosemosis o Nosematosis es una de las enfermedades parasitarias más comunes de las abejas adultas. Esta afección está causada por un parasito perteneciente al género Nosema.
La Nosemosis es una enfermedad extendida por todo el mundo. Más aún desde el hallazgo llevado a cabo por el doctor Mariano Higes y su equipo, que sirvió para poner a España y, concretamente, al Centro de Investigación de Marchamalo, como referente mundial apícola.
En concreto, el hongo en cuestión se adhiere a las paredes del intestino de las abejas, destruyendo las células que lo componen. Esta pared es la encargada de producir los jugos gástricos que facilitan la digestión y que juega un papel fundamental en la absorción de nutrientes. Al igual que sucede con el intestino del cuerpo humano. Lógicamente, la imposibilidad para digerir los alimentos y extraer los nutrientes provoca la desnutrición de las abejas, que muchas veces, a causa de la debilidad tan extrema que llegan a sufrir, les provoca la muerte.
Tipos de Nosemosis
Hasta hace unos años, se afirmaba que existían dos variantes de nosemosis, cuya diferencia radicaba en el agente causante y la especie afectada. Así las cosas, se estableció que la Apis melífera o abeja europea únicamente era atacada por el parásito Nosema Apis, de ahí el nombre de la variante: Nosema Apis. Mientras que la Apis cerana o abeja asiática era víctima del parásito Nosema ceranae, cuyo nombre sirvió también para identificar a esta segunda variante.
Sin embargo, en el año 2005, gracias a la labor científica del Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo (Guadalajara, España), se supo que las abejas europeas o Apis melíferas estaban siendo afectadas por el hongo microsporidio Nosema ceranae, que hasta ahora se había considerado exclusivamente como responsable de la nosemosis en la abeja asiática. El proyecto, liderado por los doctores Mariano Higes y Raquel Martín, fue duramente criticado por la comunidad científica que afirmaba que debía tratarse del parásito N. apis con algún tipo de mutación. Sin embargo, los resultados eran claros: tanto los síntomas clínicos como su fenología eran distintos. Gracias a la primera máquina de PCR adquirida por el laboratorio pudieron confirmar que estaban ante el N. ceranae.
Ciclo de vida del parásito Nosema
Este hongo posee esporas, que son unas cápsulas diminutas que guardan en su interior el núcleo reproductor del parásito, protegido con una membrana. Esta condición le permite soportar circunstancias severas.
Cuando una abeja ingiere una espora, ésta atraviesa todo el aparato digestivo hasta llegar al intestino. Una vez allí, se adhiere a la pared intestinal y los jugos gástricos producidos por la abeja van deteriorando esa membrana protectora. Cuando la espora llega al final del intestino, la membrana casi es inexistente lo que permite salir a su núcleo reproductor e incorporarse a una célula intestinal. La espora toma el control de los sistemas vitales y altera el funcionamiento de la célula epitelial, que ahora se ve obligada a producir más esporas de Nosema. Al morir la célula, se libera una gran cantidad de esporas que, o bien se adhieren a otras células intestinales, o bien son expulsadas a través de las heces lo que le permite infectar a otras abejas.
Aunque la nosemosis afecta principalmente a las abejas obreras, esto no significa que no pueda afectar a los zánganos o, incluso, a la abeja reina. Si esto se llegase a producir, podría provocarle la fertilidad, lo que supondría un grave problema para la supervivencia de la colmena.
Síntomas de la Nosema Apis y la Nosema Ceranae
Existe un síntoma común a ambas variantes, cuya gravedad se incrementa en el caso de la N. Ceranae. Este es el “síndrome de despoblación de la colmena”. Como es de esperar, no es más que la disminución más o menos drástica del número de abejas adultas en una colmena.
Sin embargo, el hongo N. Apis es más sensible a las temperaturas extremas, lo que provoca que durante el invierno y el verano permanezca más o menos latente. Siendo más complicado apreciar esa merma en la población, que suele estabilizarse cada 2 estaciones. En el caso del N. ceranae no parece que le afecten las temperaturas, por lo que suele permanecer activo prácticamente todo el año. Sólo reduciendo ligeramente esa disminución en los meses de más frío, coincidentes con la época invernal.
Este despoblamiento se produce por varios factores:
- Con la disminución de abejas adultas, principalmente, pecoreadoras, la colmena se ve obligada a suplir su falta acudiendo a las abejas nodrizas. Éstas deben cesar en sus funciones de cría y alimentación para iniciarse en la labor de pecoreo. Debido a que deben hacerlo prematuramente sin haber alcanzado aún la madurez, muchas de ellas no lograr resistir los largos viajes para obtener alimento o se desorientan a su regreso a la colmena.
- Además, la falta de abejas nodrizas provoca a su vez que haya una atención deficitaria respecto a las crías, lo que puede ocasionar la muerte de muchas de ellas. A futuro, será también causa de la falta de abejas adultas.
- Lógicamente y dado que la colmena se está enfrentando a una enfermedad que atacada directamente al sistema digestivo de las abejas, muchas de ellas acaban muriendo por desnutrición o debilidad extrema. Esta debilidad a su vez puede exteriorizarse a través de una incapacidad para volar o pérdida de peso.
La Nosema Apis suele ir acompañada de una condición diarreica o disentería grave en las abejas adultas debido a los problemas digestivos provocados. Sin embargo, la Nosema ceranae no cursa este síntoma, por lo que resulta mucho más grave al pasar desapercibida a los ojos del apicultor.
Tratamiento para la nosemosis
Para prevenir la nosemosis, además de la vigilancia constante de nuestras colmenas, es recomendable hacer muestreos de laboratorio con un microscopio y la técnica adecuada. El método consiste en conservar cien abejas en formol con una concentración del 4% y tomar como referencia la siguiente escala:
- Nivel de infestación débil: < 500.000 esporas por abeja
- Nivel de infestación medio: entre 500.000 y 1.000.000 de esporas por abeja
- Nivel de infestación alto: > 1.000.000 de esporas por abeja
Tradicionalmente en España, coincidiendo con los primeros años del Síndrome de despoblamiento, se realizó una autorización especial para tratar la nosemosis con fumagilina. Pero debes saber que actualmente el uso de dicho medicamento está prohibido porque es considerado perjudicial para la salud de las personas.
Al no contar con un tratamiento eficaz que esté autorizado, existen algunas alternativas “naturales” de las que podemos valernos. Es decir, productos que no son en términos legales considerados como medicamentos, pero que tienen una composición que ha resultado ser efectiva. Uno de estos productos es Nozevit que, aunque menos eficaz que la fumagilina, se ha demostrado su eficacia.