El gato montés europeo, Felis silvestris silvestris, es una subespecie del gato montés o Felis silvestris, nativo de la Europa continental, los países de Escocia, Turquía y la zona del Cáucaso.
Este mamífero carnívoro está ampliamente extendido por la Península Ibérica. Sin embargo, no puede ser encontrado en el resto de Reino Unido, ni tampoco en los países de Irlanda, Islandia, Dinamarca, Países Bálticos, así como tampoco en la península escandinava, incluidas Finlandia y Noruega.
Características del gato montés
Este felino guarda un gran parecido con su homónimo el gato doméstico o Felis silvestris catus, aunque con ciertos matices. El gato montés es más robusto y corpulento que el gato doméstico común. De hecho, su tamaño es mucho más superior, siendo únicamente igualado por algunas razas de gatos gigantes como el Maine Coon o Bosque de Noruega. Este felino puede alcanzar, incluyendo su cabeza, una longitud de 48 a 68 centímetros, a los que debemos sumar los 21 a 35 centímetros de cola. En lo que se refiere a su peso, los machos alcanzan un peso entre 3 y 7 kg, mientras que las hembras se sitúan en torno a los 2,5 a 5 kg.
Su cabeza presenta unos grandes ojos acompañados de unas orejas anchas, pero menos puntiagudas que los de otras especies.
En cuanto a su pelaje, el gato montés europeo posee una mata de pelo más densa y larga que incluso el gato montés africano o Felis silvestris lybica, actual antecesor del gato doméstico común.
Su cola es el rasgo más distintivo del gato montés debido a su tamaño más corto, mayor grosor y más peluda que las de las otras especies. Las manchas de este felino son siempre listadas y su cola posee habitualmente entre tres y cinco anillos oscuros sobre un fondo más claro, que culmina en una punta negra y redondeada.
Hábitat del Felis silvestris silvestris
El gato montés europeo fue extremadamente común en el Pleistoceno en todo el continente europeo. Con el retroceso de la capa de hielo hacia el norte, el gato montés tuvo que adaptarse a la vida en los densos bosques.
Esta destrucción de su hábitat y la persecución a la que estuvo sometido para darle caza en pro de las especies cinegéticas que él mismo amenazaba, provocó una gran disminución de su presencia en esta zona. Actualmente se considera una especie protegida y rara dentro en Europa. Algo que contribuye también a ese peligro de extinción es su hibridación con el gato doméstico, cada vez más común, que produce descendencia fértil.
Ahora mismo, las mayores poblaciones de gato montés europeo se encuentran en la Península Ibérica, aunque con una presencia limitada en el norte peninsular. Suele preferir las zonas esteparias y bosques frondosos. En los últimos estudios se ha detectado un importante aumento de su presencia en zonas de matorral, bosque mediterráneo y cultivos de secano.
Comportamiento del Felis silvestris silvestris
El gato montés alcanza la madurez sexual durante su primer año de vida, tanto machos como hemabras. Su celo se inicia entre enero y marzo, con una gestación de unos 66 días y un parto que suele dar entre dos y tres crías, lo que tiene lugar entre abril y mayo. Curiosamente, las crías de gato montés son altriciales, lo que significa que necesitan un proceso de maduración posterior al nacimiento, ya que sus órganos sensoriales todavía no están del todo formados.
Su alimentación se basa prácticamente en micromamíferos, como los conejos, las garduñas o el ratón de campo, y aves. Este felino es capaz de trepar a los árboles para alcanzar nidos de algunas aves y darse un festín. En contraposición, el gato montés suele ser cazado por linces, lobos o aves como el águila.
La esperanza de vida de estos felinos es de 6 a 12 años de edad, aunque se han documentado casos en los que se han alcanzado los 15 años de edad.
Diferencia entre gato montés y lince ibérico
Existe cierto error y confusión a la hora de distinguir ambas especies. La causa realmente parece una incógnita ya que lo cierto es que existen grandes diferencias entre el gato montés y el lince ibérico.
La primera diferencia la encontramos en el tamaño. Los machos de lince ibérico pueden alcanzar los 12,8 kg y las hembras 9,3 kg, frente a los 7 kg y 5 kg máximos del gato montés. Y ello teniendo en cuenta que, dentro de su género, Lynx, el lince ibérico es considerado de pequeño tamaño.
El pelaje del lince es moteado, frente al rayado en tonalidades beige del gato montés. Si bien es cierto que la cola de ambos felinos acaba en una tonalidad oscura, aunque la del lince es mucho más corta y erguida.
Pero, sin duda, la principal diferencia entre el gato montés y el lince son las orejas puntiagudas negras y con mechones que podemos encontrar en el lince. De manera similar cuelgan las patillas de sus mejillas.