El escarabajo verde o Cetonia aurata, por su nombre científico, es una especie de coleóptero originario del continente europeo. Este pequeño escarabajo es una de las dos especies conocidas como “rosa chafer” o escarabajo de las rosas. Este nombre se debe a su impacto sobre ciertos cultivos ornamentales, especialmente las rosas, de los que devora muchas partes de la planta.
Características de Cetonia aurata
Estos escarabajos poseen un color verde metálico muy llamativo que, a veces, torna a dorado, violeta, azul-negruzco o incluso gris. Debido a esta coloración es muy fácil de identificar y suele ocultarse de manera bastante deficiente para sus depredadores durante los meses calurosos. Estos ejemplares de escarabajo miden unos 20 milímetros de largo y su cuerpo es aplanado dorsalmente.
El Cetonia aurata, como la gran mayoría de los coleópteros del género Cetonia, pueden volar gracias a un par de alas ocultas bajo los élitros. En realidad, estos órganos son alas modificadas por endurecimiento, lo que se conoce como esclerotización. Debajo de esas alas endurecidas se encuentran las auténticas alas que les permiten volar. De hecho, una vez emprendido el vuelo, el Cetonia aurata es capaz de volar con los élitros cerrados. Su vuelo es especialmente rápido y sonoro.
Ciclo de vida del escarabajo verde
El ciclo completo del Cetonia aurata dura aproximadamente dos años. Durante los meses de otoño, puede darse que los adultos de esta especie emerjan. Aunque lo más común es que lo hagan durante la primavera para aparearse.
La hembra de escarabajo verde, una vez fecundada, pone los huevos en materia orgánica en descomposición y muere. Las larvas hibernarán exactamente en el mismo lugar en el que se alimentaron al nacer. Este “nido” suele ser de estiércol, compost o madera en descomposición.
Entre los meses de junio y julio, las larvas de Cetonia aurata se convertirán en pupa. Su crecimiento es tan sumamente rápido, que antes de finalizar el otoño habrán sido capaces de mudar hasta dos veces.
Las larvas de esta especie son de color blanquecino, recubiertas por unos pelos rojizos. Al igual que alguna otra especie, las larvas poseen forma de U. Cuando están en reposo, su cuerpo se curva de tal manera que su boca y ano están muy próximos.
Plaga de Cetonia aurata
Si existe algún cultivo especialmente afectado por el hambre voraz del Cetonia aurata es, sin ninguna duda, el género Rosa. Estos coleópteros han recibido, no sin motivo, el nombre común de “escarabajo de las rosas”. Esta especie se siente muy atraída por el olor y aspecto de estas plantas, por lo que suele ser el hábitat preferido por ellos para asentarse.
No es una plaga especialmente grave, por lo que la lucha contra ese escarabajo no suele estar justificada. Muchas veces los daños producidos en las plantas no se deben a la alimentación de estos insectos en sentido estricto. En algunas ocasiones, debido al cuerpo tan voluminoso de los Cetonia aurata, cuando tratan de alcanzar el néctar de la flor y su órgano está algo “escondido”, el escarabajo acaba arruinando la flor.
Curiosamente, aunque posee unas robustas mandíbulas, éstas están atrofiadas, lo que no les permite comer otra cosa que no sea materia vegetal.
Alimentación y comportamiento de Cetonia aurata
Las larvas del escarabajo verde se alimentan principalmente de madera muerta. Existe la falsa creencia de que también se alimentan de raíces en descomposición, lo que no es del todo cierto. Las larvas de Cetonia aurata contribuyen a la descomposición de las raíces.
En cambio, cuando son adultos, los Cetonia aurata se alimentan de las exudaciones de los árboles, polen y néctar, frutos maduros o fermentados, como el durazno. Debido a su alimentación a base de polen y néctar son considerados buenos polinizadores. Aunque, como es lógico, nada comparable al papel que juegan las abejas o Apis mellifera en esta labor.
Estos escarabajos no tienen desarrollado ningún mecanismo de mimetismo, lo que podría hacernos pensar que son el blanco fácil de sus depredadores. Sin embargo, cuentan con otro sistema que les hace pasar totalmente inadvertidos. El escarabajo verde tiene la capacidad de entrar en tanatosis, al igual que hace la aceitera común. Pero no es ese su truco estrella. Estos coleópteros impregnan sus órganos internos de ácido úrico y ácido fórmico, excretándolos a su vez por su cavidad anal, lo que les otorga un olor nauseabundo. Con ello consiguen el rechazo de los pocos o muchos depredadores que podrían tener.
En fase larvaria, sin embargo, sí tienen que hacer frente a parásitos naturales. Es el caso de los hongos del género Sporotricum, Hymenoptera Scolidi, así como numerosos dípteros.