El hidromiel, también conocido como aguamiel, es una bebida alcohólica obtenida a partir de la miel. Concretamente, el hidromiel es el resultado de la fermentación de agua y miel. La concentración de alcohol varía entre el 4 % y el 18 % en función de las proporciones de agua y miel empleadas.
Esta bebida es la responsable de la expresión “luna de miel”. La tradición antigua exigía que la pareja de recién casados que quisiera engendrar un varón, debía beber hidromiel durante todo el mes lunar siguiente a su boda.
Origen del aguamiel
Probablemente, el aguamiel sea una de las bebidas más antiguas de la humanidad. Además de ser considerada como la precursora de la actual cerveza. Los primeros datos que constan de esta bebida fermentada aparecen en los versos del Rig Vedá, situándonos en el periodo que va desde el 1.700 a. C. y el 1.100 a. C. Este libro es considerado sagrado en el Vedismo (anterior al conocido hinduismo). Sin embargo, existen algunos hallazgos que nos remiten a un periodo todavía anterior en Alemania. Concretamente nos referimos a las “cuernas”, utilizadas como vasos para beber el hidromiel. Los restos de polen y levadura encontrados en las mismas nos ha permitido relacionarlo con la indicada bebida.
Pero estos no son los únicos que han consumido el hidromiel desde tiempos inmemoriales. Los griegos lo denominaban “melikatron” y los romanos “aqua mulsum”. Sin embargo, esta última bebida distaba ligeramente del aguamiel, pues para su elaboración se empleaba vino de uvas.
Aunque, sin duda, uno de los mayores referentes de esta bebida alcohólica lo encontramos en la mitología nórdica. Según las leyendas vikingas, el hidromiel era la única bebida consumida por el dios Odín. Además de ser la bebida que sería consumida por los hombres durante toda la eternidad a su llegada al Valhalla.
Con el paso del tiempo, el vino fue relegando al hidromiel al olvido a excepción de los países nórdicos en los que era inviable el cultivo de la uva.
Tipos de hidromiel
Para su preparación podemos recurrir al empleo de levaduras, como Saccharomyces, para acelerar la fermentación. En estos casos podríamos acortar el proceso a apenas un mes. En caso contrario, si optamos por no emplear ninguna levadura y llevar a cabo todo el proceso de manera natural, la fermentación será mucho más lenta, pero obtendremos el hidromiel tradicional u original.
No existe una receta única para elaborar hidromiel. Según las cantidades de agua y miel empleadas, así como los tiempos de fermentación, obtendremos un hidromiel más o menos dulce con mayor o menor grado de alcohol. Esto es lo que hace que podamos hablar de hidromiel joven e hidromiel viejo o añejo. En el primer caso, la fermentación de la mezcla es menor, por lo que su sabor es mucho más dulce con un menor grado de alcohol. Sin embargo, en el segundo caso, el hidromiel posee un sabor mucho más seco y posee una mayor concentración de alcohol. Esto tiene lugar porque la glucosa fermenta muchísimo más rápido que la fructosa. Estando presente en nuestra mezcla la fructosa, tendremos un sabor mucho más dulce. Mientras que, si utilizamos un mayor tiempo de fermentación, la fructosa habrá sido metabolizada llevándose consigo el dulzor.
Ingredientes del aguamiel
A pesar de lo dicho, te dejamos por aquí una receta casera para elaborar unos 2 litros de hidromiel de forma rápida y sencilla:
• 500 gr de miel cruda (sin aditivos ni ningún otro compuesto que no sea miel en sentido estricto).
• 2 l de agua embotellada (mejor cuanto más blanda sea, para facilitar la fermentación).
• 1,2 gr levadura (opcional si deseas elaborar hidromiel tradicional)
Para que se produzca la fermentación de la miel, debemos tener como mínimo una concentración de agua superior al 20%. En cambio, la miel pura para su consumo debe tener una humedad no superior al 18%.
También es importante saber que, por cada 25 gr de miel por litro de agua, obtenemos un grado alcohólico. Por lo que la receta facilitada nos dará como resultado un hidromiel con un 10 % Alc/Vol. Si quisiéramos lograr un mayor grado, tan sólo debemos incrementar la proporción de miel por litro de agua.
Elaboración de hidromiel
El proceso de elaboración es realmente sencillo. Comenzamos por mezclar ambos ingredientes hasta obtener una sustancia homogénea. Para facilitar este paso, podemos calentar la miel a 50ºC. Esta mezcla, denominada mosto, debe ser hervida durante 10 minutos para eliminar cualquier microorganismo que pudiera bloquear la acción de la levadura.
Si optamos por añadir la levadura de manera artificial, dejando a un lado la levadura propia de la miel, debemos tener la mezcla a una temperatura exacta de 25ºC. Añade la levadura y remueve con intensidad para oxigenar el mosto y permitir a la levadura que inicie su proceso de metabolización.
Una vez estabilizada la mezcla, podemos pasar a la fase de fermentación, es decir, la transformación del azúcar presente el alcohol etílico y CO2. Es momento de tapar nuestro hidromiel, pero no herméticamente, ya que eso impediría la expulsión de los gases fermentados. Llegado el caso, si la concentración es excesivamente elevada, el recipiente podría llegar a explotar.
Transcurridas unas horas, comenzarán a aparecer unas burbujas y una espuma en la superficie de nuestro hidromiel. Es buena señal, no lo retires y deja que continúe durante unos 5 o 7 días. Transcurridos los primeros días, remueve para oxigenar nuevamente el hidromiel y permitir que continúe su fermentación. Finalmente, en unos 10 o 12 días ya tendremos nuestro hidromiel joven listo para su consumo. Si deseas un hidromiel viejo, mucho más concentrado y menos dulce, alarga el proceso de fermentación durante otros 10 o 20 días.
Propiedades del hidromiel
Cuando hablamos de las propiedades del hidromiel, en realidad, estamos hablando de las propiedades de la miel. Sin embargo, y además de todos los beneficios que esta sustancia aporta a nuestro organismo, durante el proceso de fermentación se producen unas bacterias de ácido láctico (no confundir con el ácido acético) que, mezcladas con las levaduras, eliminan patógenos responsables de la resistencia a los antibióticos. Por este motivo, podemos afirmar que el hidromiel posee una función antibiótica realmente importante.
Igualmente, debido a la fermentación de este mosto, nos aporta una gran cantidad de probióticos muy beneficiosos para luchar contra problemas digestivos. Igualmente, estos probióticos inciden directamente en el sistema inmunológico por lo que mejorarían nuestra resistencia frente a algunos virus o bacterias.
No obstante, no debemos olvidar que el hidromiel es una bebida alcohólica por lo que su consumo debe ser moderado. Su consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud, contrarrestando todos los beneficios comentados.