Bacillus thuringiensis

Bacillus thuringiensis: ¿prohibido en España?

El Bacillus thuringiensis, conocido de forma abreviada por los agricultores como Bt, es un insecticida biológico reconocido por la Unión Europea para luchar contra determinadas plagas. De todas las especies que son sensibles a este tipo de insecticida destacan de manera especial los lepidópteros, dípteros, coleópteros, hemípteros y gusanos.


Bacillus thuringiensis

El Bacillus thuringiensis es una de las muchas bacterias que componen la denominada materia orgánica. Concretamente, esta bacteria forma parte de la materia orgánica primaria que es aquella que podemos encontrar de forma natural en el suelo, raíces, etc.


La principal importancia de esta bacteria se encuentra en su capacidad para combatir determinadas plagas de insectos. Lo más interesante de este tipo de tratamiento biológico es su respeto hacia el medio ambiente. Concretamente, es su ingrediente activo el responsable de esta función insecticida, la cual es capaz de cristalizar en el sistema digestivo de la larva e impedir su alimentación. De este modo, el individuo acaba muriendo por inanición.


Una de las plagas contra la que el Bacillus thuringiensis es especialmente efectivo son los lepidópteros y, en especial, las orugas. Algunas de estas especies son la polilla del tomate o Tuta absoluta y la polilla del manzano.


¿Está el bacillus thuringiensis prohibido en España?

Cuando hablamos de tratamientos biológicos, siempre nos surge la duda de hasta qué punto está permitido su empleo en los cultivos. Pues bien, en el caso de esta bacteria podemos estar tranquilos. El Bacillus thuringiensis no está prohibido en España. De hecho, es una de las sustancias activas aprobadas y de bajo riesgo reconocidas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Este listado se encuentra como Anexo I al Reglamento (CE) nº 1107/2009.


Fue incluido por primera vez el 1 de mayo de 2009 y ha sido prorrogada su inclusión hasta la fecha actual. De todas las subespecies que se encuentran aprobadas y que fueron incluidas en la misma fecha, sólo la denominada Bacillus thuringiensis Tenebriosis no ha sido renovada. La fecha de caducidad fue el pasado 30 de abril de 2019, por lo que esta es la única bacteria de Bacillus thuringiensis que sí está prohibida en la actualidad en España.


¿Cómo hacer bacillus thuringiensis casero?

Dado que no es posible encontrar la cantidad suficiente de Bacillus thuringiensis en el medio ambiente, si queremos contrarrestar eficazmente cualquier plaga necesitaremos acudir a ciertos fitosanitarios. Estos productos cuentan con una dosis concentrada de esta bacteria en su composición.


Sin embargo, es posible hacer Bacillus thuringiensis casero siguiendo unos sencillos pasos. Tenemos que tener en cuenta que se trata de una bacteria que aparece de forma natural en el ecosistema. Por tanto, si queremos “cultivar” esta bacteria tendremos que crear el ambiente idóneo para que se desarrolle eficazmente.

Existen muchas formas de hacerlo, aunque una de las más utilizadas es con miel o agua con azúcar. Para ello, pondremos en un recipiente con harina dos cucharadas de miel o de agua con azúcar y dejaremos reposar durante un par de días.


Otra forma, mucho menos agradable, es producirlo mezclando sangre seca de vaca, sales minerales y semillas de leguminosas. Podríamos utilizar las semillas de alfalfa o de garbanzo.


Dosis de Bacillus thuringiensis

En caso de decidirnos por aplicar el Bacillus thuringiensis concentrado que hayamos adquirido en el mercado, es esencial conocer el método de aplicación si queremos obtener buenos resultados. La dosis de Bacillus thuringiensis habitual es diluir un gramo de esta bacteria por cada litro de agua.


Cuando ya hemos detectado alguna oruga y el tratamiento va enfocado a erradicar la plaga, deberemos hacer una aplicación cada 10 o 15 días. También es posible aplicar de manera preventiva una dosis de Bacillus thuringiensis. Gracias a que estamos ante un insecticida biológico que no afecta a las plantas ni a los cultivos, podremos hacer tantas aplicaciones como deseemos sin riesgo de toxicidad en la cosecha.


A menudo es utilizado de manera conjunta con el aceite de neem. Ambos insecticidas biológicos suelen ser la combinación perfecta para combatir las plagas de orugas en los cultivos.


Bacillus thuringiensis: efecto en humanos

Una de las cuestiones más importantes acerca del Bacillus thuringiensis es su efecto en humanos. Esta bacteria lleva utilizándose desde el año 1938 en Francia y desde 1958 en Estados Unidos, sin que desde entonces se haya descrito ningún daño o consecuencia negativa. Además, son múltiples los estudios científicos realizados que no han podido afirmar que existiera ningún riesgo ni efecto secundario por el uso de Bacillus thuringiensis. No sólo eso, si no que tampoco se ha podido describir ni siquiera un daño mínimo. Únicamente se llegó a referenciar un daño hepático leve en ratas, pero que tampoco tenía la entidad suficiente como para dar un dato cuantificable y contrastable.


La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha concluido que no se han observado cambios con relevancia biológica que deba sugerir ninguna consecuencia desfavorable. Sin embargo, existe cierto debate con la relación que tendrían los cultivos Bt con el problema de colapso de las colonias de abejas (CCD en inglés). Por el momento no se ha conseguido confirmar que exista relación ni que los cultivos con aplicación del Bacillus thuringiensis tengan un impacto negativo en las abejas que consumen el polen en cuestión. Pero en caso de ser cierta, el problema, que afectaría de forma indirecta a los humanos, sería de una elevada consideración.

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