La Pitahaya o planta de Pitaya, mucho más conocida como fruta del dragón, es el nombre dado a muchas especies de plantas pertenecientes al género Selenicereus o Hylocereus. Concretamente, aquellas que forman parte de la familia Cactaceae, cuyo origen se limitaba a la zona de los países de Perú, México y algunos otros de centroamérica.
Aunque lo cierto es que, en la actualidad, la planta de Pitaya se ha extendido a muchas otras regiones del mundo.
Fruta de la pitahaya o fruta del dragón
Probablemente lo que más destaque de la planta de la pitaya sea su fruto, ampliamente conocido por fruta del dragón. Su nombre común hace referencia a la piel que poseen los dragones con escamas muy marcadas. De hecho, el nombre “pitahaya” en lengua criollo haitiano significa “fruta escamosa”, en referencia precisamente a su apariencia.
De forma ovalada, como si de un huevo se tratase, y un tamaño que ronda los 10 cm de largo por 6 cm de ancho, la fruta del dragón presenta un color verdoso en su nacimiento. Sinónimo de su falta de madurez, al igual que ocurre con muchas otras frutas como el aguacate. A medida que va madurando adquiere una tonalidad que puede ir desde el rosa hasta el amarillo según la variedad de la que se trate.
La carne de la fruta de la pitaya es blanca y está salpicada por pequeñas semillas de color negro. Sin embargo, dependiendo de la especie de pitaya, su fruto y colores serán diferentes.
Pitaya rosa
Por un lado, tenemos la pitaya rosa o Hylocereus undatus es la variedad más cultivada de pitahaya. Esta especie es cultivada no sólo por su fruto, sino también con fines ornamentales debido a la belleza tan exótica de sus frutos.
Originaria de América Central y México, la pitaya rosa es la más común de todas las especies de esta familia. La pulpa de este fruto del dragón es de color blanco y su corteza de color rosa, adornada con pinchos o cuernos de color verde, que se desprenden fácilmente.
Pitaya roja
Por su parte, la pitaya roja o Hylocereus costaricensis se caracteriza por el intenso color rojo de su piel. En este caso, la pulpa pasa de blanco a un rojo muy llamativo, salpicado también por numerosas semillas negras.
Esta especie, junto a la pitaya rosa, es la más vendida en España. Concretamente podemos encontrarla en los mercados en los meses de junio y julio, que es cuando más calor hace.
Pitaya amarilla
Por último, la pitaya amarilla, cuyo nombre científico es Selenicereus Megalanthus, es otra de las grandes variedades de esta planta. Como su nombre indica, posee una piel de un intenso color amarillo y su pulpa es grisácea con presencia de las mismas semillas negras característica común a todas las especies de esta planta.
Sin embargo, esta variedad de pitahaya es mucho más pequeña que aquellas del género Hylocereus. En cambio, su sabor es mucho más dulce y más apreciado para el consumo.
Pitaya azul
La Pitaya azul no es en realidad una especie concreta, sino que se trata de una hibridación de la variedad Hylocereus undatus o pitaya rosa. De hecho, no es la única variedad híbrida que existen actualmente. Lo cierto es que la especie Undatos es la más propensa y la que ha sido más veces cruzada en busca de la fruta del dragón más sabrosa y selecta.
Beneficios y propiedades de la pitaya
Además de por su belleza, la pitaya es muy consumida gracias a la cantidad de propiedades y beneficios que la fruta del dragón nos aporta. Entre su composición podemos encontrar:
- Ácido Ascórbico
- Agua
- Calcio
- Carbohidratos
- Cenizas
- Fibra
- Fósforo
- Hierro
- Captina
- Niacina
- Proteínas
- Riboflavina
- Tiamina
- Vitaminas A, B1, B2, B3 y C
Entre sus múltiples beneficios se ha probado que la pitaya posee propiedades antitumoral, antiinflamatoria y antioxidante. Y no sólo eso, la fruta del dragón también tiene efecto diurético, por lo que es perfecta para combatir la retención de líquidos.
Otro de sus grandes atractivos y, probablemente, por el que más de moda se ha puesto, es su poder saciante. Esta pequeña fruta con un contenido mínimo en calorías, apenas 50, tiene la capacidad de satisfacer el hambre.
Además, gracias a la presencia de la captina, entre otras, puede ayudarnos a evitar los problemas coronarios fortaleciendo nuestro sistema circulatorio e inmunológico. Ello gracias a que se ha comprobado que el fruto de la planta de pitaya es capaz de estimular la producción de glóbulos blancos, rojos y plaquetas.
Cuidados de la planta de pitahaya
La familia a la que pertenece, Cactaceae o cáctus, ya nos aporta una información muy relevante en cuanto a las exigencias que tiene la planta de pitaya. Precisamente porque se trata de una especie de cactus, su rasgo más importante es su gran resistencia a la sequía.
Curiosamente y a pesar de que no necesita mucha cantidad de agua, la planta de pitahaya trepa por las cortezas de otros árboles en busca de la humedad, pudiendo alcanzar los 8 o 10 metros sin tocar el suelo. Esta cualidad trepadora nos recuerda a la capacidad de la hiedra para adherirse a otros árboles o fachadas.
Para que pueda crecer, la planta de pitaya necesita una temperatura mínima de 10ºC. Además, exige suelos bien drenados y obtener una plena exposición solar. O, al menos, medio sombra, pero con un clima muy cálido.
La fruta del dragón es realmente sensible a la presión, por lo que su manejo, transporte o almacenamiento es todo un reto.