El árbol de mango o Mangifera indica, por su nombre científico, es un árbol tropical perteneciente a la familia de las Anacardiaceae. Esta especie ha ido cobrando mayor importancia en España, gracias al aumento de consumo del fruto: el mango.
Curiosamente, este árbol es originario de la India e Indochina. A pesar de la creencia de muchas personas, el árbol del mango no procede de América Latina. Sin embargo, gracias a sus necesidades climáticas fue introducido en países tropicales y de clima mediterráneo, como, por ejemplo, en Málaga o Islas Canarias.
El árbol de mango
De tipo perenne, el Mangifera indica es un árbol que puede alcanzar los 45 metros de altura con una copa que roza los 30 metros de diámetro. Estas proporciones mayúsculas van también acorde al tamaño de sus hojas, que suelen medir entre 15 y 30 centímetros.
Por su parte, las inflorescencias se presentan en forma de panícula axilar (en el comienzo de las hojas) o terminal (al final de cada rama). En ambos casos, las flores cuentan con 5 pétalos con tonalidades que van desde el rojo, pasando por el amarillo y el anaranjado o rosados hasta el verde. En la base de cada pétalo, el árbol de mango tiene un disco segmentado en cuatro partes repleto de néctar, que lo convierte en la delicia de muchos polinizadores como las abejas.
El fruto del mango
Pero si hay algo que es más conocido aún que el propio árbol Mangifera indica, es el fruto que produce: el mango. Esta drupa de gran tamaño destaca principalmente por su sabor tan dulce. El fruto del mango puede llegar a medir 25 centímetros de largo y pesar hasta 2 kilos. Según la variedad de que se trate, el mango puede ser fibroso o no. En total se conocen unas 1.500 especies de mango.
El mango se caracteriza por ser de color verde al inicio e ir logrando un color que va desde el naranja hasta el rojo, una vez que madura por completo. Cuando todavía no está madura y decimos que “está verde” tiene un sabor ligeramente ácido.
La mayor producción de mango está en la India, con dos terceras partes de la producción mundial. Allí es considerada la fruta nacional y está ligada a infinidad de leyendas. De hecho, sólo hay que fijarse en que Buda es siempre representado bajo la sombra de un árbol de mango.
Propiedades del mango
El mango, al igual que muchas otras frutas como el aguacate, posee una larga lista de nutrientes y beneficios para nuestra salud. Concretamente, la fruta del Mangifera indica es rica en vitaminas A y C. Una pieza de unos 200 gramos nos aporta ya la dosis diaria de vitamina C y un 60 % de la vitamina A necesaria, en forma de betacaroteno. También es rica en Vitamina E, conocido por ser uno de los antioxidantes y protector cardiaco más eficaz. Para ser una fruta, el mango aporta una cantidad nada desdeñable de esta vitamina: casi un 23% de la dosis diaria recomendada. A nivel mineral es de destacar su alto contenido en mangnesio y potasio: hasta un 10% de la dosis diaria.
Además, el mango cuenta en su composición con los ácidos tartárico y málico, que son conocidos por contrarrestar los efectos de los residuos metabólicos. La presencia de ácido tartárico puede propiciar la aparición de podredumbre gris del fruto, igual que en la uva, ya que sirve de alimento para el hongo responsable (Botrytis cinerea) de esta.
El mango tiene diversos efectos beneficiosos sobre nuestra salud que van más allá de los nutrientes descritos. Por ejemplo, luchan contra la formación de radicales libres, fortalece nuestro sistema musco-esquelético o favorece la asimilación de nutrientes gracias a unas enzimas llamadas amilasas que ayudan a descomponer los carbohidratos.
Cultivo y usos del mango
El mango, además de su amplia inclusión en la cocina y gastronomía de los distintos países, es utilizado para otros fines igual de relevantes. Cuando su época productiva finaliza, la madera del Mangifera indica es empleada para elaborar algunos instrumentos como el ukelele.
En países como Cuba es empleado para elaborar refrescos y preservarlos durante más tiempo. En otros como Colombia, se utiliza para elaborar una infusión con las hojas del mango que sirve para desinfectar heridas. Es usado también, aunque sin base científica, como un abortivo de origen natural. Esta misma decocción es empleada para tratar enfermedades de pigmentación de la piel como el vitiíigo. En Perú, por otro lado, se usa para oscurecer y aportar brillo a su famosa cerámica.
Sin embargo, uno de los usos más importantes es su aplicación en el sector farmacéutico. La mangiferina, compuesto extraído del mango, posee diversas propiedades:
– Antioxidantes,
– Antimicrobianas,
– Antidiabéticas,
– Antihistamínico,
– Anticancerígeno,
– Hipocolesterolémico,
– Inmunomodulatorio.
Árbol de mango en maceta
El árbol del mango tiene unas necesidades hídricas especialmente exigentes, ya que necesita ser regado de manera abundante. En cambio, no sucede lo mismo sucede con el suelo. El Mangifera indica se adapta muy bien en suelos profundos y bien drenados que tengan un pH entre 6 y 7,5. Para crecer y ser productivo, el mango necesita suelos fértiles y climas suaves.
Es posible tener el árbol de mango en una maceta, pero es importante que sepas que deberás trasplantarlo, al menos, dos veces al año. ¿Cómo trasplantar un árbol de mango? Sin duda, en los meses de verano para impedir que el frío y las bajas temperaturas puedan dañar su crecimiento.
Dado que el mango es un árbol con un crecimiento relativamente rápido, necesitaremos esperar cuatro meses para obtener nuestros primeros mangos. Aunque lo ideal es que no dejemos que produzca las frutas hasta que tengas unos cuatro años de edad, para aprovechar al máximo su crecimiento y desarrollo.